Discurso de la Unión de Migrantes y Refugiad@s en Argentina, en el Lanzamiento de la Mesa Nacional para la Igualdad”
Por: Carolina Gómez
Saludo especial a todas las organizaciones sociales, así como a las instituciones, funcionarios públicos y representantes políticos, que hoy se convocan a esta “Mesa Nacional para la Igualdad”.
Quiero reconocer y felicitar a la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT) y referente, María Rachid, por el esfuerzo y la tenacidad para desafiar el ordenamiento discriminador de la vida cotidiana. Al enfrentarse a lo más rancio de la jerarquía católica local y a los representantes de ésta en el Congreso Nacional.
Esto ocurre en un contexto político en el que se disputa un cambio de paradigma, donde la pluralidad, la integración, la inclusión, el ejercicio de la ciudadanía es respaldada por un Gobierno Nacional, que fundamenta sus políticas, programas y proyectos, en el marco del reconocimiento de los Derechos Humanos.
Esto es importante indicarlo porque así se entiende que se le asigne un puesto importante en el debate público a la reflexión, construcción y consolidación de una política anti- discriminatoria y por ende a una política para la Inclusión.
Desde las organizaciones de migrantes y refugiados, podemos hablar de esta incidencia directa en el impulso hacia políticas sociales de promoción de la igualdad, que van desde iniciativas de reparación simbólica, hasta el desarrollo de programas y nuevas leyes.
En este sentido, la Ley de Migraciones, promulgada en el 2004 y que fue reglamentada en mayo del presente, a través del decreto 616, sustituye definitivamente a la ley de Videla, basada en la doctrina de la seguridad nacional que perseguía y reprimía a los inmigrantes.
Esta Nueva Ley de Migraciones, presentada en el marco de los festejos del Bicentenario por parte de la Presidenta Cristina Fernández, manifiesta la importancia de las Migraciones en la historia Argentina y la relevancia que tiene la nueva migración, para consolidar desde la realidad una posible integración regional. Es así que Argentina se coloca en el escenario internacional como vanguardia en la profundización de la democracia, al comprometerse con los cambios institucionales y políticos que abren una nueva oportunidad para construir una ciudadanía ampliada, plena, que nos reconoce a todos y todas como sujetos de derecho.
Mientras Argentina avanza en este marco legal-institucional para el desarrollo de políticas antidiscriminatorias, contrasta con lo que sucede en países considerados del primer mundo, más desarrollados en cuanto sus economías y que hacen gala de madurez democrática, en el seno de estas sociedades fomentan prácticas racistas y xenofóbicas que retrotraen la historia de la humanidad a episodios dolorosos de persecución y asesinato de miles de inocentes, por su color de piel, por su identidad y nacionalidad.
Tal es el caso de los inmigrantes en la Unión Europea, donde existen centros de retención de extranjeros que se han convertido en un instrumento privilegiado para la gestión de las migraciones. Lugares donde se detiene a las personas en condiciones carcelarias, por el único motivo de no haber respetado las normas relativas al cruce de fronteras y la estancia. Lugares donde el maltrato y la violencia física o psicológica son algo cotidiano. También ocurre en los Estados Unidos, que enfrenta al Presidente Obama con en el gobierno del estado de Arizona que criminaliza a los inmigrantes, acusándolos de ser la causa de la crisis económica ó del incremento de la inseguridad.
No obstante, estas leyes que criminalizan al migrante, lo único que generan son situaciones de violencia, de muerte, como lo ocurrido en Tamaulipas, México, donde 72 jóvenes latinoamericanos fueron masacrados por organizaciones del narcotráfico, que a su vez conforman las redes de tráfico y trata de personas a nivel internacional. Esto que sucedió en México, lamentablemente se puede incrementar, al declararse al extranjero como “indeseable”, “ilegal”, le deja un amplio margen de acción a estas redes delictivas para que se aprovechen de la vulnerabilidad económica y social en la que viven muchos jóvenes, en su mayoría campesinos, indígenas o afros.
Para comenzar a cambiar esta realidad a nivel latinoamericano, es necesario reconocer que por múltiples razones, millones de jóvenes son migrantes, que buscando trabajo y mejores condiciones de vida se enfrentan a situaciones difíciles que logran superar, conformando nuevas familias, dándole impulso a las economías internas y generando espacios para la riqueza multicultural, en los países que los reciben. Por eso, Argentina es ejemplo en materia de Políticas de Inclusión para la población migrante y el Mercosur se presenta como el lugar indicado para definir el reconocimiento de la migración como un factor de creatividad y de dinamismo económico y social.
Por último, es importante que todas las organizaciones de migrantes y refugiados, las organizaciones de Derechos Humanos Internacionales, así como los entes gubernamentales, promovamos una mejor gestión de las migraciones.
Así también, enfatizar en el dialogo permanente y en el accionar diario de las organizaciones de sectores vulnerados y excluidos de la sociedad argentina, para luchar en contra de la discriminación en todas sus facetas. No basta con la existencia de la ley, es necesario legitimarla en lo cotidiano, en prácticas solidarias, igualitarias e incluyentes.
Muchas Gracias!!!!
